Transporte público como solución a movilidad urbana: expertos
La movilidad urbana en la Ciudad de México se ha vuelto extremadamente complicada debido a la cantidad excesiva de autos particulares, la nula eficiencia de las calles y avenidas para facilitar el tránsito y la necesidad de millones de personas de trasladarse a lugares distantes, señaló el investigador universitario Carlos Gershenson.
Como parte del coloquio Enfrentando la complejidad de la movilidad urbana, realizado en el Centro de Ciencias de la Complejidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UANM), el especialista advirtió que este aspecto “no tiene signos de que vaya a mejorar pronto” en la capital del país, sino que por el contrario, seguirá empeorando en los años venideros.
El principal problema de la movilidad, dijo, es que el número de vehículos crece mucho más rápido que la infraestructura urbana o la disponibilidad de servicios de transporte público, lo cual produce los embotellamientos que sufren diariamente los pobladores de la capital.
En la actualidad ya hay unos 9 millones de autos en la Ciudad de México y su zona metropolitana, y se calcula que para 2020 sean alrededor de 11.5 millones, ya que cada año se incorporan a las calles entre 300 mil y 500 mil nuevos vehículos.
Además de lo anterior, decenas de miles de personas se ven obligadas a desplazarse a grandes distancias para llegar a sus trabajos o escuelas, debido a que el precio de las viviendas en la zona más céntrica de la ciudad es demasiado alto para la mayoría de la gente.
Tratar de resolver este problema construyendo más infraestructura para autos, añadió Gershenson, resulta contraproducente, porque equivale a una invitación para que más carros circulen por las nuevas vías, lo cual vuelve a generar saturación tarde o temprano. “Son decisiones simplistas y de corto plazo que incrementan el parque vehicular”, definió.
Por todo ello, para mejorar el tema de la movilidad urbana es necesario garantizar una red de transporte público eficiente, seguro y a buen costo; promover los transportes no motorizados –como la bicicleta--, y facilitar la compra de vivienda en zonas menos lejanas, para que el uso de automóviles no se vuelva indispensable para tantas personas.