Armani Hernández aguarda detrás de las rejas del Auditorio Nacional con las zapatillas de ballet blancas de su hermano mayor en la mano, que, por ser más grandes, les podrá caber mejor el autógrafo de Isaac Hernández, su ídolo.

Convenció a su madre y a su abuela de llevarlo a la gala Despertares. Eso le dio derecho a acudir a la firma de autógrafos con el primer bailarín del English National Ballet y el elenco internacional.

"¿Qué pasó? Pues lo mismo que con Isaac Hernández: empezó con el karate y lo mandaron al ballet y descubrió que ya no quería karate", dice la madre de Armani.

Sus tres hijos varones estudian ballet. Dejó de trabajar para poder llevarlos a las clases: 14 horas a la semana.

Armani carga con su cámara fotográfica para el momento de estar con Isaac Hernández. Ha pensado lo que le dirá: "Quiero ser como tú y también soy Hernández". Como él, esperan casi 400 personas.

En el vestíbulo del Auditorio, esta tarde, previo a la firma de autógrafos, Hernández habla ante la prensa de inspirar vocaciones:

"Que esos niños que están afuera tengan fe y puedan dedicar su vida a lo que les hace feliz". No quiere que renuncien a su vocación por la extendida idea de que, por dedicarse al arte, se morirán de hambre.

"Quiero que tengan confianza de que se puede vivir una vida digna a través de las artes".

Armani lleva tres años en ballet y a punto está de ser becado por el INBA.

"Yo tenía un amigo que bailaba ballet, nomás uno, y le dije, mamá, méteme, y me dijo que no. Pues subo mis calificaciones para que me metas. Y ella: a ver si es cierto", cuenta Armani, segundo en la fila.

Después de una espera de casi cuatro horas y media, por fin Armani está frente a su ídolo. Se olvida de lo que había pensado decirle, pero no de sacar las zapatillas para ser firmadas por Hernández.

Antes de ir, ilusionado, lanza: "¡Pude tomarme una foto con Isaac Hernández, que es lo que he querido toda mi vida".

La gala Despertares se llevará a cabo a las 20:30 horas en el Auditorio Nacional.