¿México apostará por el parlamento mundial para hacer historia?
Hace una quincena escribí sobre la posibilidad de establecer un parlamento mundial en la actualidad. También señalé al Centro Mexicano de Responsabilidad Global SEMERG, A.C. con sede en Guadalajara, Jalisco y liderada por el empeñoso jurista don Francisco Plancarte y García Naranjo, como la única institución nacional promovente de la adición de un párrafo al artículo 39 constitucional para estar listos para cuando ocurra -a pesar de evidentemente no estar a la vista- y dejar en claro la necesidad de la creación de dicho parlamento.
Con enorme agrado me entero sobre la iniciativa presentada el pasado 23 de marzo ante la Cámara de Diputados, por el también abogado y avecindado en Guadalajara, el diputado federal don Macedonio Tamez Guajardo amigo también. La propuesta va precisamente y al igual, por adicionar un párrafo al artículo 39 constitucional para los mismos fines. Precedentes hay. El artículo 21 constitucional en su párrafo octavo acepta bajo ciertos parámetros la competencia de la Corte Penal Internacional.
Y no es casualidad. Ahora sé además de su amistad mutua lo siguiente: Francisco Plancarte le propuso a Macedonio Tamez hace algunos meses, una iniciativa en la consecución de un sistema parlamentario mundial. Y le entregó su propuesta.
Es momento de ayudar a renovar el prestigio en materia de política exterior mexicana con un tema de gran calado como este.
Evidentemente le convenció. De hecho, en su exposición de motivos y en el discurso mediante el cual la presentó, Mace -como el caballero que es-, reconoció el trabajo -inagotable y me consta- de Paco. Y en concreto su Iniciativa Ciudadana de Reforma, que modifica al artículo 39, texto promovido por el SEMERG, además también en la Cámara de Senadores y ante la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ante esta última se ha insistido: es momento de ayudar a renovar el prestigio en materia de política exterior mexicana con un tema de gran calado como este.
Tal como corresponde a un legislador responsable, Macedonio hizo su chamba. Comprendió la circunstancia política ante el ataque de Trump. Estudió y nutrió a la idea de más argumentos. Miró por ejemplo, a países cuya constitución ya lo contemplan: Alemania, Costa Rica, El Salvador y Honduras. Describió algunos parlamentos ya existentes como el de la Unión Europea. Apeló ante la miseria brutal de las naciones menos favorecidas. Y lo más importante: coincidió con Paco y con toda claridad, en el principio de la integración global como urgente, para una solución de los problemas domésticos irresolubles aisladamente. Confrontar a los nacionalismos extremos tan de moda es necesario, a su decir. Y tiene razón.
Van los dos textos referidos y una redacción por mí propuesta (me siento obligado a aportar ante tan importante desafío) como un segundo párrafo al multicitado artículo 39 constitucional que actualmente dice sobre la soberanía nacional y nuestra forma de gobierno lo siguiente: "La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno".
Texto de Francisco Plancarte:
"Esta Constitución reconoce, que en ejercicio de la soberanía del pueblo y mediante consulta popular o referéndum resuelto por el voto favorable de la mayoría de los ciudadanos participantes, los Estados Unidos Mexicanos se puedan adherir a un Sistema Parlamentario Mundial, por la paz y la justicia así como para el ejercicio pleno de los derechos humanos, en cumplimiento al artículo 28 de la propia "Declaración Universal de Derechos Humanos" de 1948. Todo ello en concordancia con los principios generales de la fracción X del artículo 89 y el artículo 133 de esta Constitución".
Texto de Macedonio Tamez:
"Se promoverá el principio de integración humana, social, económica y política, en el ámbito internacional, para lo cual pueden efectuarse tratados o convenios que pueden contemplar la creación de organismos supranacionales y pueden transferise (sic) por via (sic) legislativa derechos de soberanía a un sistema parlamentario mundial".
Mi sugerencia:
"El presidente en su función de jefe de Estado promoverá el libre tránsito de personas, ideas y costumbres; además de la integración económica y política en el ámbito internacional. En concordancia, está permitida la celebración de tratados internacionales para la creación o modificación de organismos supranacionales, cuando represente un sistema parlamentario mundial con la consecuente transferencia de facultades, sin que ello signifique un menoscabo en la soberanía nacional. Dicha transferencia es revocable cuando se transgreda el principio de integración internacional o de la integridad nacional, y solo mediante resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación".
Vengan más propuestas. Estoy seguro: se recibirán con gusto de parte de esos dos distinguidos y visionarios y vanguardistas abogados. Porque como lo dice palabras más o menos Macedonio, y Paco siempre lo ha visto: si esta legislatura federal -diputados y senadores- y los congresos locales; en su papel de constituyente permanente lo hacen, se atreverán a pasar a la historia. Ya veremos.