Los pueblos indígenas son clave para combatir el cambio climático
Los gobiernos deben hacer mucho más para facilitar las condiciones propicias que necesitan los pueblos indígenas, las comunidades locales, los pequeños productores y sus organizaciones para recuperar los paisajes degradados y lograr mitigar y adaptarse al cambio climático, según la FAO.
Al intervenir en un evento en el marco del 23º período de sesiones del Comité Forestal, el Director General Adjunto de la FAO, René Castro Salazar, advirtió hoy que el tema de los derechos indígenas a la tierra y los territorios es "fundamental" para el éxito de las iniciativas frente al cambio climático.
"A menos que ayudemos a los pueblos indígenas a lograr la tenencia segura de la tierra y una mejor gobernanza, será muy difícil alcanzar soluciones a largo plazo", dijo Castro Salazar.
"Nos estamos quedando atrás, y tenemos que esforzarmos más"
Grave situación La Relatora Especial de la ONU sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, explicó hoy en el evento que muy pocos países se han comprometido hasta ahora de forma clara con un requisito del Acuerdo de París sobre el cambio climático: que para combatirlo se deben garantizar los derechos de los pueblos indígenas.
Tauli-Corpuz mencionó también la gran cantidad de muertes violentas de personas que trataban de proteger sus bosques y sus derechos a la tierra en 2015: el año más mortífero en la Historia para los defensores del medio ambiente.
"Es una situación grave añadió en términos del respeto de los derechos de los pueblos indígenas". Grandes reservas de carbono Un tercio de los bosques del mundo están gestionados de alguna forma por familias, pequeños agricultores, comunidades locales y pueblos indígenas, y representan algunas de las reservas de carbono más importantes del planeta.
Los bosques comunitarios que tienen reconocimiento gubernamental se calcula albergan por sí solos unos 37 700 millones de toneladas de reservas de carbono.
Los pequeños productores familiares, las comunidades locales y los pueblos indígenas desempeñan un papel clave en la preservación de estas reservas de carbono a través de la reducción de la deforestación, la gestión sostenible de los bosques y la restauración de la cubierta arbórea en el marco de economías rurales productivas, sobre todo cuando pertenecen a organizaciones de productores consolidadas.
Además, se estima que 1 500 millones de hectáreas de tierra tienen potencial para que los pequeños agricultores combinen la producción agrícola con el aprovechamiento de los árboles.
Pero el fracaso a la hora de encontrar la mejor manera de interactuar con los actores locales y alinear sus intereses con la conservación forestal puede comprometer de forma significativa las posibilidades de alcanzar los objetivos de secuestro de carbono y mitigación.
Más apoyo a las comunidades locales
En una declaración final emitida al cierre del evento, los participantes instaron a los gobiernos a crear las condiciones propicias necesarias para que las comunidades locales, pueblos indígenas y pequeños productores con especial énfasis en las mujeres y los jóvenes gestionen territorios más grandes; a garantizar y a hacer cumplir los derechos de tenencia de la tierra, crear incentivos comerciales favorables y ofrecer servicios técnicos, financieros y de ampliación de negocios.
También pidieron a los mecanismos de financiación globales, programas gubernamentales e inversores privados invertir directamente y dar apoyo a las comunidades locales, pueblos indígenas, pequeños campesinos y a las organizaciones de productores.
Por último, solicitaron que las iniciativas frente al cambio climático cambien para dar una mayor propiedad a estos mismos colectivos y a involucrarles en una evaluación participativa y cualitativa de la cubierta forestal y los árboles en las explotaciones agrícolas que gestionan.
El evento estuvo organizado conjuntamente por la FAO y el Mecanismo para Bosques y Fincas (FFF), una alianza entre la FAO, el Instituto Internacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo (IIED), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y Agricord.