El arte latinoamericano se suma a la batalla contra Trump en Zona Maco
Zona Maco, la principal feria de arte contemporáneo en América Latina, dio este miércoles el pistoletazo de salida de su decimocuarta edición en Ciudad de México. Hasta el 12 febrero, los organizadores del evento, dirigido por la mexicana Zélika García, esperan superar la cifra de visitantes del año pasado, que rondó las 48.000 personas, y llegar a las 50.000. La exposición cuenta con más de 120 galerías internacionales y las obras de unos 1.500 artistas.
En una vitrina, se ve una calavera con orejas de Mickey Mouse, titulado Cráneo de norteamericano contemporáneo, de la artista española Bene Bergado. Por los pasillos, se suceden móviles colgantes, una cuerda flotante, cuadros hechos a partir de collages, dos enormes estructuras construidas con armaduras de bicicletas (de dos galerías distintas), y dos motivos muy recurrentes, que recuerdan al lugar en el que se encuentra la feria: calaveras y mazorcas de maíz (representadas con y sin el hongo negruzco huitlacoche). En la feria se habla inglés y español. Los expositores provienen, en su mayoría, de México, Estados Unidos y Europa, también hay algunas galerías de países de América del Sur, como Colombia, pero son los menos representados.
Enseguida se aprecian también piezas con un motivo político. En primer lugar, la galería Kurimanzutto, la más potente de Ciudad de México, expone la obra del artista argentino Rirkrit Tiravanija, donde se puede leer: "Menos petróleo, más valor", sobre un fondo negro. Al lado, sobre varios cuadros con portadas muy actuales de periódicos nacionales, como una dedicada a la llegada de Trump a la Casa Blanca y otra, a la extradición del Chapo, un texto dice: "El miedo devora el alma". Pero no es la única alusión a la política del nuevo presidente de Estados Unidos. El galerista Henrique Faria, con sede en Nueva York, propone la obra de Humberto Márquez quien en un gran cartel escribe: "América para los latinoamericanos". En las paredes del stand hay cuadros con sellos "de los productos que exporta México", explica entre risas el director: hojas de marihuana, flores de amapolas, cerebros, órganos... "Es irreverente y sofisticado, como creo que tiene que ser el arte", apunta Faria.
Gabriela Magaña, de la galería House of Gaga, que abrió su primera sede en Ciudad de México en 2008 y acaba de instalarse en Los Ángeles, cuenta que a pesar de que la situación para los mexicanos es "muy preocupante" tras el triunfo de Trump, "el mercado del arte es internacional y nuestro negocio no se va a ver afectado", asegura. Fernando Cordero de la Lastra, de la galería madrileña La Caja Negra, ha acudido a todas las ediciones de Zona Maco y confiesa, francamente, que ha conseguido hacer el mismo volumen de ventas aquí y en Arco, la gran feria de arte contemporáneo en España, "depende del año, pero ahora la economía está mejor aquí". De la Lastra asegura que cada vez hay más europeos que vienen a la feria "por el atractivo de venir a Ciudad de México".
Durante la mañana, se repiten los grupos de mujeres de entre 40 y 60 años, bien vestidas y armadas con altos tacones, que van de una exposición a otra, donde directores y representantes de galerías y artistas las acogen con una gran sonrisa y comienzan a explicarles los pormenores de las obras en venta. La suerte está echada.