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7 lecciones de urbanismo de Tenochtitlán

10 Octubre 2016

7 lecciones de urbanismo de Tenochtitlán

Autor: 
Redacción

Al rememorar la llegada de los españoles a la capital del imperio mexica, Tenochtitlán, resulta casi inevitable imaginar a los conquistadores contemplado la vastedad y grandeza de esta ciudad. Además de una fundación fuertemente ligada a los mitos (la señal divina del águila devorando la serpiente que buscaban las tribus provenientes de Aztlán), México-Tenochtitlan fue un notable centro urbano que destacaba, entre otras cosas, por su magnífica organización y planeación urbana.
Hacia 1521, cuando llegaron los conquistadores, cotidianamente confluían hasta 60 mil canoas por toda la ciudad; 50 grandes edificios destacaban de las casas que eran de un solo piso, los barrios calpullis tenían sus propias tierras comunales, mercado, escuela. Se calcula que vivían en la ciudad unos 200 mil habitantes, lo cual hacía de Tenochtitlán una urbe más grande que cualquiera europea.
La vida de la ciudad estaba perfectamente organizada y presumía una ingeniería que hasta hoy continua sorprendiendo a los estudiosos (sobretodo si consideramos que buena parte de la ciudad había sido erigida sobre agua.
Presentamos algunas de las maravillas urbanas de Tenochtitlán, lecciones que habríamos de retomar y que, por cierto, algunas de ellas están asociadas a la vanguardia urbanística de la actualidad (como la práctica de la agricultura urbana).
Había un urbanista general
Un funcionario denominado calmimilócatl supervisaba las construcciones y evitaba que estas invadieran las calles y canales. Había, así, una constante revisión para evitar que la ciudad perdiese su simetría.
Tránsito
Las calles (tlaxilacalli) fueron muy útiles, efectivísimas para recorrer la ciudad. Se hicieron con tierra apisonada; eran usadas mayormente para el tránsito humano y en algunas calles adyacentes se hacía un canal donde transitaban las canoas.
Tres amplias calzadas (elevaciones artificiales hechas con piedra, arcilla, argamasa y plantas al fondo del lago con pilotes de madera) cruzaban todo Tenochtitlán, todas se extendían a tierra firme, por lo que estas (tipo avenidas) permitían inteligentemente recorrer en tierra firme toda la ciudad.
Los canales eran muy eficientes sitios de circulación para las barcas. Estos a su vez eran cruzados por puentes de madera, que por las noches, eran retirados para regular las corrientes naturales del lago, y también como estrategia militar.
Limpieza
Habían hasta mil personas encargadas de la limpieza de las calles que se barrían y limpiaban diariamente. Existían también macehuales dedicados a recoger excrementos para luego venderlos como fertilizante natural o bien se depositaban en las letrinas privadas o públicas. La basura, por su parte, se incineraba en enormes hogueras que servían para iluminar de noche las calles.
Agua
Aunque pocos los saben, Texcoco era de agua salada, por ello los mexicas debían hacerse de agua pura. Para ello construyeron diques que concentraban el agua de los ríos que alimentaban el gran lago. Los mexicas construyeron dos grandes acueductos (cada uno tenía dos canales). Mientras uno de los canales estaba en operación el otro recibía mantenimiento; el agua de estos acueductos era sobre todo empleada para el meticuloso aseo de los mexicas, que era diario.
Los barrios
La ciudad se dividía primero en altépetl y luego en los famosos calpullis (barrios). Hubieron 4 principales calpullis: Cuepopan (al noroeste), Aztacalco (al noreste), Moyotla (al suroeste) y Zoquiapan (al sureste) y al norte el gran Tlatelolco (ciertos vestigios arqueológicos apuntan a que fue incluso más viejo que Tenochtitlán).
Cada calpulli tenía su zona de tierra cultivable (tierras comunales) donde todos compartían las cosechas y el trabajo, era, además, una manera de generar cohesión social entre los vecinos. Cada calpulli, además, tenía se escuela y mercado (tianguis) aunque el más grande y concurrido era el de Tlatelolco con hasta 40 mil asistente los días de fiesta y en día usual 20 mil, según reportes de Bernardino de Sahagún.
Agricultura urbana
Se cultivaba, tanto en tierra firme, como en las famosas chinampas (los cultivos flotantes). Las chinampas estaban sostenidas con pilotes; eran gruesas capas de tierra regadas con canales que llegaban a donde estaban colocadas.
Los fertilizantes los obtenían del excremento humano.
Otros sistemas de riego que idearon fueron presas (de madera, piedra o lodo) diques, y depósitos pluviales.
Era una ciudad que practicaba una fabulosa agricultura urbana; la misma urbe abastecía a sus habitantes, a diferencia de hoy, que los alimentos son producidos a gran escala en enormes campos devastados.