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Platos rotos

10 Enero 2017

Platos rotos

Autor: 
Diego Petersen

Tres salidas a la caja de bateo y tres ponches. Ese es el récord del Presidente Peña Nieto que lleva tres apariciones en público para explicar el tema del gasolinazo y proponer medidas y de las tres salió abucheado.

Parece que el Presidente no ha entendido, porque nadie le ha dicho (es evidente que él no se informa por cuenta propia) que lo que hay en la calle es una profunda molestia, que el mal humor social, que tanto le gusta citar, paso ya a enojo, a encabrite; que lo que la gente quiere oír no es la explicación de la medicina amarga, sino qué va a hacer el Gobierno para aportar a la reducción del gasto, qué parte del trago amargo se tomarán ellos.

Resulta casi de risa (con la salvedad de que esto no es una comedia) que, a estas alturas del año, diez días de manifestaciones después, el Presidente diga que va a buscar medidas de reducción del gasto y no sea capaz de proponer algo concreto. El coordinador de la bancada de Movimieno Ciudadano, Clemente Castañeda, le sacó las cuentas a Hacienda y resulta que el año pasado por concepto del IEPS en gasolina se recaudaron 75 mil millones de pesos más de lo estimado.

Este año, a pesar del aumento, Hacienda estima recaudar menos que el año anterior, lo cual es a todas luces un contrasentido. Hay, como en todo presupuesto una subestimación del ingreso, lo que a la postre permite un manejo discrecional de una buena parte del ingreso. Es, pues, posible reducir 37.7 por ciento el costo del IEPS (con lo que la gasolina Magna bajaría de 15.99 a 14.42) sin afectar el ingreso programado (se afectaría, eso sí, el gasto discrecional del gobierno).

La propuesta ya está en comisiones de la Cámara. Hay que presionar para que se discuta. Pero el Gobierno federal está aferrado (me parece que un poco irresponsablemente) a no tocar la Ley de Ingresos y mantener el golpe dado. De ser así, y si su cálculo político es que tienen la fuerza política para hacerlo, las medidas que tome deben ser drásticas y reales: alguien tiene que pagar los platos rotos.

Ya “El sabueso” del sitio de periodismo digital Animal Político probó que es falso lo que dijo el Presidente de que habían reducido 190 mil millones el gasto, al contrario lo aumentaron en 174 mil. Las medidas tienen que ser tangibles y directas. Una de ellas es cortar a la mitad el subsidio a los partidos políticos.

Eso implicaría un ahorro de apenas 2 mil millones, que no es nada comparado con lo que van a recaudar por IEPS, pero sería una forma que la clase política en pleno asumiera su responsabilidad. Otra es un recorte de verdad, no las tonterías que suelen vendernos como recorte de nómina en todos los niveles de gobierno.

Un verdadero recorte es desaparecer completo uno o más de los niveles superiores, y que los jefes y los subordinados asuman las tareas. Desaparecer 200 direcciones generales de todas las secretarías significaría aproximadamente 500 millones de pesos. Son cantidades simbólicas, pero ayudarían a pagar los platos rotos, es decir, a legitimar la medida.