Cerrará FCE cuatro sedes
El Fondo de Cultura Económica (FCE) arma un plan de austeridad para encarar el recorte presupuestal de 2017. Dispondrá de casi 150 millones de pesos, 17 por ciento menos que en 2016, cuando se le asignaron 181.
"Estas restricciones presupuestales no van a alterar significativamente el funcionamiento del FCE", matiza su director general, José Carreño. La cifra, prevé, podría crecer con los recursos propios, que en 2015 fueron de más de 200 millones de pesos. Pero entre las medidas preventivas figura el cierre de las librerías Alí Chumacero y Salvador Elizondo, actualmente ubicadas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
El Fondo pagaba más de 2 millones de pesos anuales por la renta de los locales en las terminales aéreas 1 y 2, y preveía un aumento del importe de la renta del 5 al 10 por ciento, lo que hubiera impedido tener utilidades. Por ello se decidió no renovar el contrato, que vence el 30 de noviembre, y cerrar. Según Carreño, los libros del FCE mantendrán presencia a través de las dos librerías de Educal en el AICM. Anticipa ajustes también en el extranjero.
Sus 10 filiales consumen entre 17 y 18 millones de pesos del presupuesto, por lo que cerrarán en Brasil y Venezuela para ahorrar alrededor de 3 millones de pesos. Carreño explica que el clima de agitación e inestabilidad política y la situación adversa del mercado llevaron a la decisión de suspender actividades en Venezuela en 2017. Su filial en Caracas se ubica en una zona de marchas y choques, donde sufrieron amagos.
"Vamos a mantener ahí (en Venezuela) una distribuidora, pero no una librería en forma. Habrá que esperar mejores tiempos. No se trata de perder presencia cultural en esos países", expone. El FCE prevé poner en renta su oficina en Sao Paulo, Brasil, que sólo tenía gastos pero no ingresos. Ese dinero permitirá conservar una bodega-distribuidora "en espera de mejores tiempos".
En Colombia se optó por reducir personal. El plan será presentado en la sesión del órgano de gobierno el próximo 8 de diciembre. Las 29 librerías del Fondo en el país reportan utilidades en 2016 por unos 11 millones de pesos, más que los 10 millones de pesos de 2015.
Las librerías que más venden son la Rosario Castellanos, del Centro Cultural Bella Época, en La Condesa; la Octavio Paz, en Coyoacán; y la Juan José Arreola, en el Centro Histórico. El FCE vendió en 2015 alrededor de 200 millones de pesos y 2 millones de ejemplares, cifra que espera mantener al cierre de 2016.
"En 2017 los niveles de ventas en el país dependerán de la situación general de la economía y de la capacidad de compra de los lectores", sostiene Carreño.
Sin embargo, prevé un decremento del 10 al 15 por ciento en la cantidad de ejemplares. En 2016 se produjo alrededor de un millón 800 mil ejemplares, resultantes de 570 títulos. Además, continuará con su política de coediciones para no afectar la producción editorial.
En 2014, éstas representaron el 10 por ciento y este año alcanzaron el 25 por ciento, cifra que prevé superar en 2017 para bajar costos, lo que representaría ahorros entre 3 y 5 millones de pesos. "No tanto por la restricción presupuestal, sino sobre todo por las variaciones en la paridad cambiaria que impacta en los costos de insumos de componentes de importación, como papel y tintas, así como por el encarecimiento de maquilas", detalla el director.
A pesar de las restricciones presupuestales, el FCE abrirá en 2017 la librería Sor Juana Inés de la Cruz, en Toluca, Estado de México, donde el Ayuntamiento aporta el inmueble y el personal; y la Hugo Gutiérrez Vega, en alianza con la Universidad Autónoma de Querétaro.