Del peso y el contrapeso
El agrandamiento de la zona metropolitana Laja-Bajío; 70 de cada 100 mexicanos viven en ciudades; los partidos le han dado en la torre a la planeación metropolitana Guanajuato tiene reconocidas por el Grupo Interinstitucional para la Delimitación de las Zonas Metropolitanas cinco zonas metropolitanas, pero el Ejecutivo federal sólo reconoce a tres, para los efectos de aplicación del presupuesto.
Así está mandatado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio Fiscal 2016, que la Cámara de Diputados aprobó, refrendando con ello lo que había propuesto antes el Ejecutivo federal.
Las cinco zonas metropolitanas de Guanajuato son la de León, Irapuato-Salamanca, Laja-Bajío, Pénjamo-La Piedad y MoroleónUriangato. Y las tres de Guanajuato que sí tienen destinado un presupuesto como tales son la zona metropolitana de León, con 418 millones 562 mil 469 pesos; zona metropolitana LajaBajío, 10 millones 763 mil 34 pesos; y la zona metropolitana de Moroleón-Uriangato, 28 millones 701 426 pesos.
En total, a Guanajuato le fueron destinados 458 millones 26 mil 929 pesos, de un Fondo Metropolitano total de 10 mil 400 millones 284 mil 714 pesos para su ejercicio en 2016 en 47 de las 59 zonas metropolitanas reconocidas el Grupo Interinstitucional en el país.
A propósito de zonas metropolitanas, en la sesión del miércoles pasado, la Comisión Permanente aprobó un exhorto al Grupo Interinstitucional para la Delimitación de las Zonas Metropolitanas (integrado éste por la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía y el Consejo Nacional de Población) para que ?evalúe la pertinencia de incorporar, con base en los criterios técnicos, a la zona metropolitana de Laja-Bajío, los municipios de Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Cortázar, Tarimoro, Santa Cruz de Juventino Rosas y Jaral del Progreso del estado de Guanajuato y, en su caso, se actualice la denominación de la zona metropolitana Laja-Bajío, para futuras referencias, trámites administrativos y citas oficiales?.
En la argumentación que, en la tribuna, hizo la diputada federal priista María Bárbara Botello Santibáñez, dijo: ?Guanajuato es una de las principales entidades del país que atraen un monto signiÒcativo en inversión extranjera directa. Cuenta con características propias para el desarrollo de conurbaciones entre sus centro urbanos, existiendo una fuerte prospectiva hacia la metropolización de sus principales zonas de desarrollo económico y urbano. Es importante manifestar que se precisa en el dictamen la incorporación de Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Cortázar, Tarimoro, Santa Cruz de Juventino Rosas y Jaral de Progreso a la zona metropolitana Laja-Bajío, la cual ya fue atendida desde septiembre del 2010.
?Es decir, que estos municipios ya son parte de la zona metropolitana Laja-Bajío y, en todo caso, lo que se requiere es cambiar la denominación de dicha zona Laja-Bajío para futuras referencias, trámites administrativos y citas oÒciales, y que con ello, los referidos municipios Apaseo el Alto, Apaseo el Grande, Cortázar, Tarimoro, Santa Cruz de Juventino y también Jaral del Progreso, tengan acceso al Fondo Metropolitano?.
Así, en esos términos, lo aprobó el Pleno de la Comisión Permanente; María Bárbara, integrante de la Comisión Permanente, fue la presentadora de este asunto de Guanajuato, aunque la propuesta la hicieron los siguientes diputados, todos panistas: Alejandra Gutiérrez Campos, María Verónica Agundis Estrada, Ariel Enrique Corona Rodríguez, Lorena Alfaro García, Adriana Elizarraraz Sandoval, Mayra Angélica Enrique Vanderkam, José Erandi Bermúdez Méndez, Karina Padilla Ávila, Francisco Ricardo Sheeld Padilla, Alejandra Noemí Reynoso Sánchez, Miguel Ángel Salim Alle y René Mandujano Tinajero. La tendencia mundial de vivir en ciudades, y no en comunidades rurales, galopa en muchos países como un caballo sin rienda y sin freno, al extremo de que esta propensión de vivir amontonados ha prohijado el nacimiento de grandes urbes.
En México se les conoce como zonas metropolitanas. Y megalópolis, a las más grandes. De hecho, aquí comienzan algunas a ser reconocidas como tales: la de Guadalajara, la de Monterrey; pero ninguna tan grande, importante y grave como la que ha surgido del conjunto de metrópolis de los estados de Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Morelos, estado de México y Ciudad de México, a donde según el Inegi y el Conapo viven más de 26 millones de mexicanos.
El actual crecimiento de las urbes mexicanas hace que las orillas de muchas de sus ciudades se toquen entre sí hasta quedar trans?guradas en grandes conglomerados urbanos, que después se convierten en un costal abierto de donde escapan fenómenos sociales tan terribles como los vientos alisios que perdieron al mítico Ulises.
En México, la delincuencia, el desempleo, la muy poca intención de las autoridades para coordinarse a la hora de la planeación metropolitana, la contaminación, la corrupción de servidores públicos, la? todo esto dejó de ser un ventarrón para convertirse en un torbellino de problemas sociales de graves dimensiones. No hace mucho, en 1986, el gobierno mexicano reconocía la existencia de 26 zonas metropolitanas. Pero ahora, a partir de 2010, según el Consejo Nacional de Población (Conapo), ya el estado mexicano ha reconocido a 59, aglutinantes de 367 municipios, adonde radican cuando menos 63.8 millones de habitantes, que equivalen al 56 % de la población total en México.
Son cifras exponenciales; pero también rebasadas. Hay quienes a?rman a diario correo, como Salvador Zamora Zamora, presidente de la Comisión de Desarrollo Metropolitano de la Cámara de Diputados, que en 2016 ya son más de 70 millones de personas las que viven en zonas metropolitanas. ?Y se espera?, vaticinó, ?que en los próximos años vivan en urbes el 80% de la población mexicana?.
O Laura Valeria Guzmán Vázquez, diputada federal del PRI perteneciente a la misma Comisión, quien a?rma que no son 59, sino 62 zonas metropolitanas las que deberían ser reconocidas ya en el país. La Megalópolis de la Ciudad de México y el resto de zonas metropolitanas del país enfrentan problemas inmediatos como la contaminación en el Valle de México (noticia mundial en los días recientes por el imparable ozono), la delincuencia, desempleo, transporte, distancias en el traslado de la casa al trabajo o la escuela Pero hay uno que se voló la barda: la falta de Planeación Metropolitana, que es hija y madre a la vez: hija ésta de los intereses político-partidistas de quienes son autoridades en municipios y estados involucrados.
Y madre de prácticamente todos los problemas que agobian a las zonas metropolitanas. En México no ha existido Planeación metropolitana porque, simple y sencillamente, no han querido los gobiernos. Para empezar, no hay planeación metropolitana porque no hay una sola ley que obligue a las autoridades a coordinarse y ponerse de acuerdo en torno de la solución o confrontación de fenómenos comunes. Se necesita con gran urgencia un marco jurídico. Una ley dedicada, ex profeso, al desarrollo metropolitano.
Increíblemente no existe todavía, aunque ya hubo quien la acaba de proponer. El martes 27 de abril reciente, los diputados de Movimiento Ciudadano Salvador Zamora Zamora y Clemente Castañeda Hoeflich pusieron a consideración del Pleno de la Cámara de Diputados una iniciativa de creación de la Ley General de Desarrollo Metropolitano.
Paradojas de la vida. Hace seis años una reforma aprobada al artículo 115 constitucional, en materia municipal, otorgó más autonomía política y administrativa a los municipios. Y entonces -dijo a correo Salvador Zamora Zamora- los presidentes municipales comenzaron a tomar decisiones en función, claro, de los propios intereses de sus municipios. -¿Pero qué proponen con su iniciativa de Ley General de Desarrollo Metropolitano?, se le preguntó a Salvador Zamora. -?Fundamentalmente tres cosas, con el objetivo de que todos los presidentes municipales integrantes de una zona metropolitana, más el gobernador, se coordinen a la hora de la Planeación?, respondió.
Entonces fue cuando dijo que a esta iniciativa la inspiró la Ley de Coordinación Metropolitana de Jalisco. Leyes similares, agregó, hay en ocho estados de la República; pero sólo Jalisco la puso en su Constitución. -¿Cuáles son esas tres cosas? -?La Instancia Política, la Instancia Técnica y la Instancia Ciudadana. Me re??ero a las tres instancias de Coordinación Metropolitana que impuso en su ley el Congreso de Jalisco. Aunque en nuestra Iniciativa proponemos cuatro?. -Explíquelas. -?Una: En la Instancia Política están los ediles de los municipios que integran las zonas metropolitanas y el gobernador. Es la Junta de Coordinación Metropolitana. ?Dos: La Instancia Técnica. Es el Instituto Metropolitano de Planeación. Sus decisiones son vinculantes a las decisiones de la Junta de Coordinación Metropolitana. ?Y tres: la Instancia Ciudadana.
Es el Consejo Ciudadano Metropolitano, donde están los especialistas, los académicos, las universidades, las organizaciones de la sociedad civil; en donde se permite a los ciudadanos opinar sobre su metrópoli?.
Explicó entonces que esas tres instancias son ?el andamiaje jurídico que construyó la Ley de Jalisco, y que funciona?. Y apostilló: ?Hace un mes y medio se presentó el Plan de Desarrollo Urbano Metropolitano, que es la etapa de Consulta Pública, en periodo de aprobación de los cabildos de los municipios de las zonas metropolitanas (de Jalisco). Una vez que se apruebe tendrá vigencia hasta 2036. Será un ejemplo de planeación, coordinación y voluntad políticas, tanto del Ejecutivo estatal como de los municipios que integran tales zonas metropolitanas?.
-¿Y la cuarta instancia que proponen en esta iniciativa de ley? ?La cuarta: Creación de los Comités de Desarrollo Metropolitano, donde estarían las secretarías, las direcciones, las dependencias de los diferentes municipios, especializadas en medio ambiente, en seguridad pública, desarrollo urbano. Proponemos que también sean vinculantes a las decisiones de la Junta de Coordinación Metropolitana?.
Cuando haya un mejor marco jurídico, remachó Salvador Zamora, entonces los problemas de las zonas metropolitanas de México comenzarán a menguar.