Cancha Dispareja #ConstituciónCDMX
¿Te podrías imaginar un partido esperado por la afición, quizá tan importante como la final del mundial, en una cancha desnivelada y chipotuda? ¿sería lógico que este terreno de juego tuviera una portería más grande que otra? más aún, ¿sería razonable que un equipo tuviera de entrada seis o siete jugadores y el otro contara en la cancha con once jugadores y que jugarán además su aguador, entrenador y hasta el dueño? ¿Y qué tal que el equipo arbitral apoyara al equipo con más jugadores? Para terminar este chiflada imagen: pensemos que las gradas están vacías porque al público no se le permitió la entrada.
Cualquiera diría que esto sería inconcebible. Pues bien, así fue concebida la reforma política del Distrito Federal y el trabajo de su Asamblea Constituyente. La cancha está desnivelada porque la reforma no reconoce a la Ciudad como una entidad con soberanía plena para que sus habitantes decidan libremente su futuro. Es una reforma decidida en el Congreso de la Unión por y a favor de los partidos del Pacto por México Existe alineación no reglamentaria. La reforma. aprobada en los términos del PRI, el PAN y el PRD, plantea más bien un reparto de espacios de poder para los partidos de siempre y no una apertura democrática, ni mucho menos mecanismos de participación para los ciudadanos.
En la reforma se fijó que de saque 40% de las y los constituyentes fueran designados arbitrariamente por el Jefe de Gobierno, el Presidente de la República y los Poderes Legislativos Federales. Para colmo, los 60 diputados que fueron democráticamente electos recibieron el apoyo total de un pobre 28% de electores. El partido con más votos apenas alcanzó el respaldo del 10% del listado total de electores.
Se juega con una portería más grande que otra. Los partidos del Pacto al estar sobrerrepresentados empujaron un reglamento a modo para la Constituyente, privará la rigidez y verticalidad de los grupos parlamentarios del Pacto en la dirección de la Mesa Directiva y la Mesa de Consultas al existir el voto ponderado, se sobrerrepresentarán en las Comisiones y, lo más preocupante, simularán que escuchan las voces de la sociedad o, aún peor, la ignorarán cínicamente, como ya decidieron el PRD y el PRI, con el silencio del PAN, al desechar que participara en hacer una Constituyente con principios y métodos del Parlamento Abierto.
Con el ello, quienes habitamos la Ciudad, podemos llevarnos una megagoleada. ¿Por qué tener juego tan disparejo? ¿Por qué jugarlo a puertas cerradas? ¿Qué no es un evento de importancia mayúscula? Afortunadamente ninguna formación política alcanzó la tercera parte de los escaños, lo que obliga a todos a dialogar y a formar alianzas en pro de las banderas más sentidas.
En caso de que los partidos más grandes no se pongan de acuerdo, aparece y se hace patente el peso estratégico de los partidos pequeños. Es aquí donde tenemos una reducida oportunidad para que nuestra Asamblea Constituyente no resulte en un ?maracanazo? para la Ciudad de México (por cierto me niego a aceptar, por evidentemente errónea, la abreviatura CDMX).