A lo largo de las próximas semanas, en el Poder Legislativo analizaremos una nueva Reforma del Estado y Electoral. No se trata de una discusión menor, pues estarán en el centro del debate más de 120 iniciativas para consensuar un proyecto que consolide nuestra democracia y protección de los derechos político-electorales de los mexicanos.  

Desde la pasada legislatura, en Movimiento Ciudadano hemos hecho propuestas puntuales en ese sentido mediante el fortalecimiento de la participación ciudadana, sancionar la simulación de la paridad por parte de partidos políticos, así como eliminar su financiamiento público, reducir topes de campaña, robustecer la fiscalización electoral, entre otros.

Como integrante del Grupo de Trabajo para la Reforma del Estado y Electoral, estoy convencida que en esta discusión también será fundamental generar los mecanismos para hacer efectiva la #ParidadDeGénero, misma que deberá reflejarse en leyes secundarias para asegurar nuestra participación paritaria en todos los órdenes de gobierno y en los tres Poderes de la Unión. 

Sin embargo, un elemento imprescindible para garantizar la #ParidadEnTodo será que finalmente se tipifique la violencia política. Se trata de un asunto que el Congreso de la Unión ha dejado en el tintero a pesar de un mayor número de ataques contra mujeres electas o en cargos públicos en los últimos años. Es urgente establecer el andamiaje legal necesario para prevenir, sancionar y erradicar un delito que impide a las mujeres ejercer el poder público mediante la coacción, discriminación o peor aún, el asesinato. Igualmente importante es que se castigue cualquier simulación de la paridad antes, durante y después del proceso electoral.

En esta discusión, revisaremos nuestras leyes no sólo con miras en los próximos procesos electorales, sino también en el desarrollo y consolidación de una sociedad democrática, con reglas claras para que las mujeres podamos incidir y marcar la diferencia en la vida pública de nuestro país, libres de violencia y discriminación.