A poco más de más de 100 días de la llegada de Andrés Manuel a la Presidencia, el discurso que nos ofrecía ha quedo solamente en eso; letras sin acciones concretas, ni medibles.

Lo digo así, ya que, a las y los ciudadanos, lo que más les interesaba de sus promesas de campaña era la del combate a la corrupción y la transparencia en las instituciones de gobierno.

En los más de cuatro meses en el poder, no se vislumbran esas acciones que prometió; en el cajón quedaron aquellas que iban aparejadas a las frases flamígeras “Nosotros no hacemos acuerdo en lo oscurito, lo que hacemos es a la luz pública siempre”.

Y es la luz pública la que las y  los mexicanos seguimos esperando; esa luz pública es la Transparencia de la Gestión Gubernamental.

Él, ha afirmado en su gestión que la transparencia está a medias, aun teniendo un marco normativo de vanguardia, pero con temas pendientes en su estructura, y sin acciones claras de pesos y contrapesos.

Lo digo así, ya que, a las y los ciudadanos, lo que más les interesaba de sus promesas de campaña era la del combate a la corrupción y la transparencia en las instituciones de gobierno.

En los más de cuatro meses en el poder, no se vislumbran esas acciones que prometió; en el cajón quedaron aquellas que iban aparejadas a las frases flamígeras “Nosotros no hacemos acuerdo en lo oscurito, lo que hacemos es a la luz pública siempre”.

Y es la luz pública la que las y  los mexicanos seguimos esperando; esa luz pública es la Transparencia de la Gestión Gubernamental.

Él, ha afirmado en su gestión que la transparencia está a medias, aun teniendo un marco normativo de vanguardia, pero con temas pendientes en su estructura, y sin acciones claras de pesos y contrapesos.

De nada sirve que la Secretaria de la Función Pública explique que la transparencia total, es la mejor herramienta para combatir la corrupción, hoy no se han emprendido acciones para su fortalecimiento.

Y es tiempo que el gabinete sepa que las y los ciudadanos con los que convivimos a diario, nos expresan que de nada sirve que las y los funcionarios transparenten sus bienes, ya que sus actos son ajenos a los principios de la ética. Somos portada de los principales periódicos a nivel mundial, con noticias efímeras, pero no somos capaces de construir un país transparente.

Sigo insistiendo en que lo que el nuevo gobierno le ofrece al país, no es funcional y no soluciona nuestros principales problemas, pondré un ejemplo:

Se nos dice que la Secretaría de la Función Pública emprende acciones en el combate a la corrupción, las cuales son secretas lo que impide conocer en que instancia o en qué proceso se busca corregir lo que otros han desviado, en muchos casos a su favor personal .Con esto, las y los ciudadanos quedan fuera en esta batalla.

Sr. Presidente, usted dice que su gobierno debemos considerarlo como austero, transparente y que va en favor de los que menos tienen, pero cuáles son los datos duros que usted utilizó en su evaluación a fin de restarle dinero a las instituciones y mandarlo para uso en programas sociales, porque según usted, así evita el gasto superfluo, de los cuales muchos funcionarios se aprovechaban.

Pero las preguntas que nos hacemos son claras y precisas ¿Cuándo conoceremos las y los mexicanos, las evaluaciones que usted y su gabinete han realizado sobre los alcances de las políticas públicas de la administración anterior?; ¿Cuáles fueron los pendientes en la resolución de problemas públicos en administraciones pasadas?; ¿Cuáles son sus avances reales?

Sr. Presidente, la transparencia es un problema público atendido de manera muy superficial, donde no existen mecanismos que garanticen acciones de gobierno que muestren que nuestro país está dando pasos certeros para ser 100% transparente.

Lo que refiero no es un capricho ya es problema público que requiere que el gobierno reconozca de manera oficial el problema, y se proceda a definir la estrategia real de solución.

Coincidimos con expertos y expertas en el hecho que el país va saliendo de un proceso donde aún no muere la cultura de la opacidad, pero también es cierto que no ha sido suficiente la voluntad expresa del presidente de que haya un cambio.

Consideramos que el cambio debe verse pronto ya que el país no tolerará más actos de corrupción y traiciones, como usted les llama.

Estamos a favor de eliminar la burocracia dorada, a favor de que se tenga un discurso en pro de la transparencia, pero lo que necesita México es que se emprendan acciones de un gobierno abierto y se dé seguimiento a temas que han quedado en el tintero, como son los siguientes:

·    Fondo de Transición de gobierno: no transparentado.

·    Declaraciones patrimoniales: Caso Jiménez Espriú y Sánchez Cordero: sin investigación, sin sanción.

·    Caso Odebrecht: Sigue en estatus de carpetazo.

·    Actos de corrupción en la construcción del NAIM: Y solo quedo en la presunción.

·    Una Lucha contra el huachicol sin nombres de ningún involucrado, ni mucho menos algún detenido.

·    Proceso de adquisición de pipas: más vale buena y barata, que transparente y bajo la normativa.

·    Funcionarios públicos sin perfiles idóneos o con pendientes de auditorías: atendido.

·    Compras Públicas: la estafa maestra un asunto sin sancionados.

·    Obras públicas: en lo oscurito es mejor.

·    Padrones de beneficiarios de programas sociales: en construcción.

·    Auditorías 2018 de la Secretaría de la Función Pública: sólo ellos saben a quién, cuándo y cómo.

·    Asignaciones de obra sin licitación

·    Compra de carbón para CFE con un claro sesgo de tráfico de influencias e irregularidades

·    Denuncias de la ASF en Fiscalía General de la República: nadie sabe nadie supo.

Estos son algunos ejemplos de los casos que todo mexicano desea saber y que usted, como responsable del Ejecutivo debería enfocar su atención.

En esta batalla por la transparencia vamos juntos, todos unidos, las y los ciudadanos se reportan listos, el legislativo por igual, la pelota está en su cancha señor Presidente y esta será la prueba de fuego para esta, su administración.